Monday, March 31, 2008

Las FARC en Costa Rica.



Damn! It´s good to be here again! Now, back to reality…

Al momento de escribir esto, es la 1 de la tarde con 07 minutos del 30 de marzo del 2008 (claro está, amigo lector, usted verá publicado mi artículo en una fecha posterior a la elaboración del mismo, por lo tanto, disculpe si se incluye información que luego fue desmentida, o por el contrario, merezca yo el crédito de conocer una primicia).
Se rumora que el ministro de seguridad, el señor Berrocal, ha renunciado a su puesto o pretende hacerlo debido a la famosa lista de políticos ligados a las FARC.
Y que renuncia porque la lista (que supuestamente si existe) no es del agrado del ejecutivo…pero, dirá usted, amigo lector, ¿Por qué se da esta situación si ya no estamos en la época de Figueres Ferrer u Oduber, amigos de Vesco y demás ejemplares de igual calaña? Pues parece que nuestro premio novel de la paz no es de la opinión de que la lista debería conocerse, o por el contrario, que la lista existe.
No es mi intención, ni mucho menos, defender o darle la razón al “quántico” Rolando Araya (pato de la fiesta en anteriores entradas de este blog) pero, ¿no recuerdan acaso su frase celebre, no la de “que esté mejor cada día”, sino la del cucarachero en el PLN? Pues, es mi humilde opinión que por ahí va el asunto. No pretendamos averiguar que el dinero del narcotráfico a llevado a presidentes al poder en este país (tal vez los dos mencionados anteriormente sean la excepción) porque recibir dineros mal habidos del extranjero ya era trabajo del PUSC…por lo tanto, ¿a quien se refería Berrocal?
Al menos yo, el Hombre Muerto que Camina, no me chupo el dedo, y conozco la ralea de los que forman en su mayoría, los partidos políticos: sindicalistas sediciosos pro PAC (and PAC it self), comités patrióticos (con troskos de los más diversos tonos de rojo rojito, incluyendo los del tipo que guarda dinero y colabora con las FARC) movimientos cíNicos (que digo! Cívicos y sus llamados a la sedición), diputados afines a los memorandums, y cuanto animal más que quiera reptar hasta un puesto público mayor…pero ¿políticos con nexos con un grupo terrorista narcotraficante?
Es la obligación, línea editorial, y deber de este editorialista el compromiso total con la verdad y la defensa de la voluntad popular del 7 de octubre del 2007 y el respeto por la institucionalidad del país. Por eso, me veo en la necesidad de defender y expresar mi apoyo total al señor Berrocal, que no ha hecho nada más que luchar contra el narcotráfico y el crimen organizado desde el 8 de mayo del 2006, lucha que por cierto, es más difícil y complicada que hacer que una causa política apoyada por el PAC gane en las urnas…
Las palabras totalitarismo, policía militarizada, violencia policial, son de uso diario de los movimientos izquierdosos del campus de la UCR (aunque por ahí decían que el léxico de un universitario es más reducido de lo que debería, siempre están los estudiantes en la capacidad de inventar más cosas, figúrese usted) pero, y aunque como primicia máxima de quien protesta o toma un micrófono para defender una causa, debería hacer que sus palabras valgan más que el silencio, parece que esto no sucede en Pretilburgo.
¿Cuántas manifestaciones anti-TLC y/o anti-globalización hubo en nuestro país en los últimos años? Incontables, y solo en las que la gente agredió primero, la policía respondió, porque no fueron inventos o deja-vu las agresiones a diputados (incluyendo los que se oponían al tratado…o sea…no me defiendas mano), los desmanes callejeros (y acostumbrados y aburridos) frente a la facultad de Derecho de la UCR, y demás llamados a la “revolución” (la tragi-cómica tarima del NO de la noche del referéndum no me deja mentir)
¿Quiénes son los agresores? Berrocal tiene las manos limpias.
Si el señor Berrocal se va, sería una enorme pérdida para la función pública, dado que no dijo nada que no fuera verdad, narcotráfico y dinero de las FARC en CR y políticos relacionados con los mismos (tal vez no los que ocupen el prime time por así decirlo, sino algunos de poca monta, algunos bolivarianos, y las mismas bases de movimientos de cuyo nombre no quiero acordarme)