
Hay dos clases de personas a las que odio. Las que aparentan lo que no son y las que son avaras y tacañas.
Lo peor del mundo es la gente que reúne ambas condiciones.
Ahora, hablemos de un caso hipotético de una persona que encaje en ese contexto detestable. Dirijamos hacia él nuestras críticas.
“A quien le importa cuanto ganás? Quien quiere oírte hablar del trabajo todo el día? Nadie.
Si te pasás criticando las habilidades y los sueldos de los demás, te tengo una noticia, “dime de que presumes y te diré de que careces”. Si junto al liderazgo no hay humildad, si con la actitud no hay comprensión, no es posible llegar a ser una verdadera persona de éxito.
A mucha honra trabajo medio tiempo en una multinacional y gano un sueldo de medio tiempo, además estudio en la mejor universidad del país, en la mejor escuela de ingeniería del país. Por algo los que nos graduamos de este lugar somos catalogados como los mejores ingenieros de Costa Rica.
De cuando a acá pagás mi sueldo para que estés hablando? Yo no pago el tuyo. THEN SHUT THE FUCK OFF!!!!
Conozco masters y doctores que comparados con este fulanito de tal, aparte de estar a años luz en cuanto a conocimiento con respecto a este, lo están también en humildad, en don de gentes, en actitud…lo que pasa es que ellos, como yo, no somos ingenieros tecnólogos, sino ingenieros de la mejor universidad del país.
Hay dos clases de personas a las que odio, pero también dos situaciones que las contrarrestan. La venganza y la burla. Esta se toma cuando quiera, aquella la brinda la vida, mas ambas son dulces si se sirven frías.”