Tuesday, May 17, 2005

Preludio

La fijación hacia lo femenino es inherente al género varonil, tanto por una atracción natural como por fascinación.
La historia está llena de beldades y de mujeres detrás del trono, así como ocupantes del mismo, pero casi todos los testimonios dan fe de una supremacía del varón hacia su compañera.
Si bien han sido muchos los hombres que han caído presos en las telarañas tejidas por astutas beldades, son muchos más los casos en los cuales, el hombre, como sujeto dominante, ha cosificado a la mujer y la ha reducido a un objeto placentero, en todo el sentido de la palabra, o bien, en una especie de panacea de todos los males.
Han corrido ríos de tinta, los cuales dicen que la mujer es mucho más que eso, que es un individuo, totalmente semejante, pero diferente al hombre en casi todas las cosas.
Mucho han hablado también los machistas y las feministas, antagónicas tesis que sin embargo buscan un mismo fin, exaltar un género sobre el otro.
Pero, en los inicios de este nuevo siglo, ¿qué tanto han logrado las mujeres resarcirse de los viejos prejuicios? y más que todo, ¿es ese su objetivo? lo cierto del caso es que ahora más que nunca, las curvas y voluptuosidades femeninas adornan y promocionan cuanto producto o servicio exista, incluyendo las curvas y voluptuosidades mismas.
“Mujer-mercancía” llaman a eso algunos escritores, femineidad al mejor postor, diría yo... ¿qué pasa cuando la mujer no lo es por su donosura, su delicadeza y su fortaleza inherente, sino por sus senos, nalgas y demás, en proporciones agrandadas?
Dicen que el dinero todo lo puede comprar, incluyendo a la belleza de la semana, que estará al lado nuestro mientras le proporcionemos los lujos que sus aires de diva le dictan, pero no podrá el dinero adquirir una mujer con tenacidad, belleza natural y agudeza innata, esa hay que conquistarla.
Sin lugar a dudas, la mujer-objeto de placer, de alivio, de necesidad se ve por donde se mire en nuestra sociedad, sin embargo, ¿no podrá acaso la astucia de algunas féminas llegar hasta tal punto? es decir, y paso a explicarme: la belleza cautivadora es aprovechada por muchas damas para sus ardides, y logran obtener los más diversos bienes y menesteres dignos de una reina, a cambio solamente de exhibirse cuales musas eróticas que buscan el placer del héroe, que no pasa generalmente de ser un simple mortal sin atributos destacables.
¡Hombres del mundo! hemos pasado de ser homo-sapiens (hombres pensantes) y hemos retrocedido y vuelto a ser homo-erectos, dominados por nuestro sentido de la vista, que cual adicto, busca cada vez nuevas y mejores dosis de su elixir, mujeres.
Sin embargo, por honor a la verdad, son pocos los hombres que no sucumben ante las hembras de nuestra especie, es más, el que no lo hace, es señalado por los otros, y se le tacha de dudosa reputación.
Pero, y aunque sirva de preludio para entender el contorno en el cual se desarrolla nuestro tema, esta breve introducción no busca hablar de las habilidades de las mujeres para engatusar a sus compañeros, ni mucho menos de un argumento lleno de matices como lo es mujer-mercancía.
El objetivo principal es analizar los llamados Ladies night ¿qué es? ¿quiénes asisten a los ladies night? Y demás preguntas acerca del lugar, actividades, motivos, y como se lleva a cabo la actividad en sí.
Claro, sin dejar de lado todos los trasfondos, algunos casi intangibles, otros al alcance de las manos, literalmente, que se presentan cuando decenas de mujeres se encierran voluntariamente en un lugar en el cual se puede beber alcohol en grandes cantidades, y donde gozan también de otras atracciones.
Muchas mujeres no estarán de acuerdo con mi teoría, tantas como las que frecuentan los bares los días de Ladies night, pero, al mismo tiempo, la noción se vuelve más válida, al hacer y actuar tal y como se lo propone “...Hordas de mujeres jóvenes –jovenísimas– llegan a abrevar en la común canoa por donde corre el guaro, bebida glamorosa, afrodisíaca, inductora de la amnesia, acalladora de las voces internas, analgesia del alma, el guaro pródigo y estupidizante. Los lugarejos de este jaez conjugan dos pulsiones que con frecuencia van de la mano, y que suelen atizarse la una a la otra: el guaro y el sexo...”
La mujer es el mejor descubrimiento del hombre, reza una frase célebre, y aunque la estupidez humana es infinita, de acuerdo con Einstein, parece que el ingenio también, y ahora “Hemos creado la síntesis perfecta: la mujer con el trago adentro. La embriaguez se ha embriagado. El agente de intoxicación nos llega ahora intoxicado y presto al asalto, y ello por voluntad propia”

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